ORO NEGRO
El negro es la tonalidad del oro más difícil de conseguir, obteniéndose a través de una serie de tratamientos sobre la superficie de la pieza de oro blanco, siendo la técnica más utilizadas el baño de la pieza en rutenio o una mezcla de carbón o rodio.
El oro negro está compuesto en un 75% de oro puro de 24 quilates y un 25% de la mezcla de cromo y cobalto, apostando en SERVÁN por conseguir el oro negro como en el resto de tonalidades, desde la base, mediante la liga de los diferentes metales.
Tradicionalmente el oro de color negro prácticamente no ha sido utilizado en la fabricación de joyería, bien por desconocimiento de su existencia bien por falta de atrevimiento a la hora de adquirir una joya de oro, si bien esta situación ha cambiando y el oro negro no para de ganar adeptos, siendo actualmente una de las tendencias con más demanda en la alta joyería.
El color negro es sinónimo de elegancia, de estilo y sofisticación, transmitiendo las piezas fabricadas en oro negro una imagen atractiva, elegante y de modernidad, dando a quién lo porta un toque de distinción que rompe con lo convencional.